En el anterior post, hablamos de ideas y consejos para componer una canción corta y fácil que puedan aprender nuestros alumnos. Como prometí, os enseño a continuación dos pequeñas piezas completas para que podáis verlas, analizarlas y entender el tipo de canciones que pretendo conseguir componer con y para los niños.
Una primera canción, corta y sencilla.
Como véis, esta canción se compone únicamente de ocho compases. La canción tiene una única frase, la cual podemos dividir a su vez en dos semifrases de cuatro compases cada una. Para dar unidad a la canción, decidí empezar las dos semifrases de manera similar, con la única modificación de las corcheas en la segunda de ellas para que el alumno las empezara a trabajar sin abusar de ellas.
Con respecto a la mano izquierda, solamente se usan dos notas diferentes, do y sol, que ayudan a armonizar la canción de tal manera que solamente aparezcan acordes de tónica y de dominante. Aunque en casi toda la canción mantenemos una nota por compás, en un par de ocasiones se añade alguna más para dar variedad y algo de complejidad a la canción.
También es destacable observar cómo la letra no tiene un gran mensaje, pero sí conceptos que conocen los alumnos y palabras llamativas que, sobre todo, encajan con las figuras musicales y con la estructura de la canción. Todas las partes fuertes de cada compás las ocupa un monosílabo o la sílaba tónica de una palabra. De hecho, he de decir que, de todas las canciones que he hecho con la alumna con la que trabajé esta canción por primera vez, ésta es su preferida a día de hoy.
La repetición, un buen recurso para alargar una canción.
Esta es la canción completa cuyo principio mostraba también en el anterior post. A diferencia de la anterior, esta canción tiene dieciséis compases y su estructura es una de las más usadas en música: «A-B-A». Los ocho primeros compases forman la frase A (también dividida en dos semifrases y utilizando el mismo recurso de repetir el principio de cada una de ellas para dar unidad) y los ocho siguientes son la frase B. Como se indica en la partitura, se repite la frase A de nuevo, aunque con otra letra, y así cerramos la canción con esta estructura.
Como esta canción la trabajé con un grupo de niños con mayor nivel que la alumna anterior, además de la mayor longitud de la canción, hemos usado mayor número de notas diferentes en la mano izquierda, dando como resultado una armonía un poco más compleja en ciertos momentos, pero que no afecta a la hora de aprender la canción para los niños. Si nos fijamos bien, ni la mano derecha ni la izquierda tienen que cambiar de posición en ningún momento.
Espero que os hayan servido de ejemplo estas dos canciones. Próximamente, y para completar estos ejemplos, os pasaré mi futuro canal de youtube para mostraros estas canciones (y otras más adelante) y que podáis escuchar cómo suenan. ¿Tenéis canciones propias que aportar como ayuda para los lectores? o en su caso, ¿tenéis más ideas o consejos para ayudar a componer obras infantiles?
Mifusa 